En medio de los reclamos opositores y pedidos de explicaciones por el robo de una camioneta oficial, el senador Pablo Yedlin se desligó de lo sucedido y aseguró que detrás de las críticas hay una utilización política de lo sucedido.
“La camioneta no es mía, es de la Secretaría General de la Gobernación; tampoco es la que uso habitualmente cuando me presta una camioneta la Secretaría”, señaló Yedlin, en el marco de la inauguración de nuevas instalaciones del CAPS de Villa Amalia. De todas formas, reconoció que “si hay parte de mi equipo de prensa que la ha usado en alguna oportunidad”.
El vehículo, marca Toyota, que está registrado a nombre de la Secretaría General de la Gobernación estaba a disposición del senador nacional Pablo Yedlin y fue robado de calle Corrientes al 1.600.
“Estamos con la denuncia en la Policía, queremos ver si se la puede recuperar, pero ni siquiera es una camioneta mía”, agregó Yedlin.
Consultado por los cuestionamientos de sectores opositores al hecho de que un senador nacional tuviera a disposición un vehículo de la provincia, que incluso llevó a pedidos de informe en la Legislatura, respondió: “la oposición hace en época política el juego político y se entiende eso, no tiene nada que ver conmigo”.
Días atrás, la titular de la Secretaría de la Gobernación, Silvia Pérez, había indicado a LA GACETA que “los vehículos de la Gobernación ocasionalmente se ponen a disposición a funcionarios nacionales, diputados, senadores para que puedan desarrollar determinadas tareas dentro del territorio de la provincia”.
El legislador José María Canelada presentó un proyecto para regular el uso de los vehículos de la provincia. En el mismo se aclara que estos sólo serán destinados al desempeño de la función pública para la que fueron afectados, en horario laboral, y se prohibe su uso para fines personales, familiares, actividades políticas o electorales.
“Nos ha dado una profunda vergüenza enterarnos que el senador Yedlin usa una camioneta que pagan los tucumanos, que encima se la han robado. Así como en su momento peleamos para que los aviones sanitarios no fueran el taxi del gobernador de Tucumán y para que se usaran para las personas que tienen un problema de salud, ahora parece que hay que regular por ley algo que resulta obvio. Los vehículos oficiales no pueden ser para que el Gobierno de Tucumán lo use con sus amigos, mucho menos en esta situación de crisis económica”, planteó el parlamentario tras la presentación del proyecto.
En ese sentido, el legislador opositor ahondó en la iniciativa. Señaló que el proyecto también prevé que los vehículos oficiales deben estar debidamente identificado.
“Esto es para que nadie nos quiera tomar por distraídos y de golpe quiera meterlo en el garaje de la casa, o quiera andar paseando con camionetas de todos los tucumanos a la madrugada. Al tener que reglamentar lo lógico, tendremos que hacerlo exhaustivamente. Este caso desnuda al menos tres fracasos: el fracaso de ciertos sectores políticos, que se creen dueños de lo que es de todos los tucumanos; el fracaso de la ética pública en la gestión; y el fracaso, por supuesto, de la política de seguridad que tiene este Gobierno”, manifestó.